lunes, 17 de noviembre de 2008

La obesidad en el Reino Unido, ¿epidemia?



La obesidad en el Reino Unido no viene mostrado panoramas muy alentadores. En este país se calcula que a mediados del siglo que corre la mayoría de la población sufrirá de obesidad, pues las tendencias son cada vez más crecientes, y además todo parece confluir para que las personas engorden.

Trabajos sedentarios, falta de deporte, comida basura… Todo viene conspirando a favor de los kilos de más y de la acumulación de grasas, mientras muchos británicos hacen la vista gorda y continúan comiendo.

Pero esto no es un problema estrictamente personal. Por supuesto que los obesos deben lidiar con muchos problemas que no sólo se enmarcan en la psicología de la obesidad, que hace que muchos gordos se sientan relegados y discriminados, y que veamos para donde veamos es innegable que “los flacos siempre ganan”. También los problemas los sufre el bolsillo del obeso, pues la cantidad de enfermedades asociadas a la obesidad no son pocas, y los tratamientos no son baratos, que digamos.

Pero el papá Estado de los países europeos nunca se queda impávido ante estas situaciones. Haciendo gala de su paternalismo (a mi juicio injustificable a todas luces) el Estado británico se ha dispuesto a eliminar la obesidad de una vez por todas de su país, y para esto ha iniciado una campaña que ha generado no pocas críticas.

El Estado pretende erradicar la obesidad en su país a través de la puesta en práctica de un sistema que incentive a las personas con kilos de más a bajar de peso a través de beneficios económicos, puestos de trabajo interesantes y premios.

Desde luego que cuesta pensar en esto en términos cortoplazistas. Los ideólogos de esta propuesta apuntan a volver los niveles de obesidad infantil (entre otras cosas) a los que existían en el año 2000 (26%), y esto más que plata y organización, lleva tiempo.

Pero no sé si esta es una estrategia tan inteligente. Yo acepto que el Estado se preocupe por los individuos que lo componen, pero de ahí a favorecer a los obesos para que bajen de peso pagándoles creo que hay una distancia muy larga y ardua. ¿Qué se le puede decir a un delgado que se molesta por pagarle a una persona por bajar de peso? Porque no olvidemos que los fondos de estado salen de gordos y flacos. De todos modos aquí entran esas aburridas cuestiones de filosofía política y liberalismo que nada tienen que ver con la temática de este blog. La realidad es esta y ya está planteada, esperemos que dé resultados.

VIA | BBC

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